En los últimos años, a veces escuchamos o leemos el término “personas menstruantes” cuando se habla de la educación menstrual, la menstruación digna u otro tema relacionado con el ciclo.
La razón es que hay mujeres que no menstrúan (por razones de cirugía, de enfermedad o de menopausia, por ejemplo) y hay personas que menstrúan que no se identifican como mujeres (hombres trans, personas queer o no binarias). En este sentido, el concepto de personas menstruantes permite incluir sus experiencias en la discusión.
Sin embargo, a menudo hay una reacción violenta, habitualmente en los comentarios ofensivos debajo de un post o un video en las redes sociales. Dicen que solamente las mujeres menstrúan y punto. Dicen que están borrando a las mujeres. Dicen que no hay lugar para la comunidad LGBTIQ+ en este tema, y dicen mucho más de manera degradante.
Entonces la conversación se vuelve muy polarizada, aún tóxica, y así la inclusión expresada por el lenguaje se considera controversial.
¡¡No tiene por qué ser así!!
Primero: La intención de inclusión verdadera nunca es borrar a las mujeres y sus experiencias. La intención es incluir a comunidades marginadas. Se podría decir “mujeres y otras personas menstruantes”, aunque aún así te critican por incluir otras personas que no son o no se identifiquen como mujeres.
Segundo: Me pregunto, ¿de qué están hablando de verdad?
Como mujeres sabemos lo que es que ignoren nuestra experiencia: de la inseguridad en la calle (nos dicen: “no puede ser tan grave”), de no creerle a una chica que fue violada (“debe ser que lo quería, que lo pedía”, o “fue su culpa por haberse vestido de esa manera”, comentan – ¡¡la lista es larga!!), de no ser tomada en serio por ser sensible (y entonces “irracional”), de nuestra ciclicidad (“¡eres impredecible!”), de no recibir el reconocimiento por el trabajo realizado (no remunerado)… ¿necesitas más ejemplos? Va a ser un asunto largo… entonces regresemos al tema:
Si sabemos que es doloroso ser ignoradas o no incluidas, ¿por qué excluir a otros que tienen experiencias diferentes a las nuestras? No tiene sentido… (pues, si no eres completamente egocéntrica).
Incluir a otra persona no te hace perder nada a ti. No te quita nada. Entonces, ¿por qué la resistencia?
Normalmente es por miedo, y específicamente por miedo a lo desconocido.
Siendo así, piénsalo: ¿Cuántas cosas tienes en común con esta “persona menstruante”?
Ambos tienen sueños, deseos, ambiciones, gustos y disgustos, miedos, inseguridades, preferencias, experiencias de alegría y de tristeza, y mucho más.
La única diferencia es el género, o que no se identifican con el género de su biología o con el género que tú tienes.
¡¡Tienes más similitudes que diferencias!!!
¿Entonces?
Además… Si entendemos los cromosomas en relación con el género, desde un punto de vista puramente biológico, sabemos que no es tan blanco y negro como nos han hecho creer en algún momento. En resumen, el modelo binario XX/XY de determinación sexual es una simplificación. La interacción entre los cromosomas sexuales y los genes autosómicos crea un espectro de características sexuales biológicas.
Digamos que no me crees, que esta cosa de la biología te parece rebuscada… digamos que es así. Te hago la pregunta de nuevo: ¿Qué te hace sentir incómodo, incómoda, de incluir a personas con una experiencia diferente que la tuya? Si pudieras entender esto, darías un salto cuántico en tu progreso espiritual.
¿Progreso espiritual? Sí, progreso espiritual. No tiene nada que ver con religión ni con la práctica de rezar o ni siquiera con tus creencias.
¿Qué es el progreso espiritual? Es el crecimiento de la periferia de tu amor. Es decir, ir incluyendo más de esta creación en tu círculo de amor. No necesitas convivir con todo el mundo, tampoco ir de vacaciones con todos, sino amarlos como son. No hacerles daño, desearles lo mejor y dejarlos ser ellos mismos. ¿Suena fácil? Muy bien: entonces hazlo y así podemos cerrar esta discusión y avanzar.






